Erradicar la pobreza
infantil para evitar un futuro problema social
Limitar el desarrollo de los niños es uno de los factores que mas contribuye al aumento de la pobreza y al mismo tiempo dificulta la erradicación de este problema que afecta a una gran parte de la población mundial.
Los
niños experimentan la pobreza de una forma distinta que los adultos y sus
efectos pueden perdurar de por vida tanto a nivel físico como emocional,
dejando en ellos unas grandes secuelas irreparables. Vivir en entornos que
ofrecen pocos estímulos o apoyo emocional limita seriamente la capacidad de
aprendizaje y condiciona la productividad de la persona en el futuro. A esto se
puede unir, además, la gran desigualdad económica que existe en numerosos países
y que les impide emerger entre las grandes potencias económicas mundiales.
Un
tema muy relacionado con esta desigualdad es la lucha por los recursos. Las grandes
potencias mundiales explotan a los países mas pobres y compran sus recursos por
muy poco dinero, lo que hace después que ellos al obtener productos que venden
a un precio mayor, se sigan enriqueciendo,
mientras que los países menos desarrollados se siguen hundiendo en la miseria.
Según datos de la ONG
Inspiraction, más de 600 millones de niños en el mundo viven en pobreza
extrema y el 10% de los que viven en países en desarrollo muere antes de
cumplir los 5 años. Solo en Colombia, 1 de cada 3 niños vive en
condiciones de pobreza multidimensional, según Unicef.
No
obstante, a pesar de los grandes logros en materia de reducción de la pobreza (el
Banco Mundial ya afirmó en sus Perspectivas Económicas Globales 2016 que la
pobreza cayó por debajo del 10% de la población mundial), la pobreza infantil
se resiste a desaparecer, y la gran parte de la población mundial con recursos
para intentar erradicarla no hace nada o no conoce acerca del tema.
La semilla de la pobreza es un problema social a gran escala.
Según el Centro de Desarrollo Infantil
de Harvard (CDI) , hay una relación muy fuerte entre lo que sucede con el
desarrollo de un niño durante sus primeros 5 años de vida y si hará parte de
los futuros indicadores de pobreza.
En
primer lugar, la negligencia paternal puede perjudicar severamente la
capacidad de aprendizaje de los menores y aún peor su razonamiento. Los
niños que nacen en hogares donde las capacidades económicas de sus padres
impiden que puedan acompañarlos durante su desarrollo demostraron efectos
negativos en su desempeño escolar.
En el largo plazo, son
estos niños los que tienen mayores probabilidades de ingresar a grupos
delictivos y dificultad para encontrar un empleo bien remunerado y estable. Años
más tarde, explica el CDI, contribuirán a reproducir la pobreza ya que tendrán
las mismas dificultades económicas para educar sus hijos.
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