domingo, 6 de diciembre de 2015

De cómo criar peces en casa y acabar con el hambre


Soledad en el patio de su casa en las Tres Mil Viviendas
“Si un hombre tiene hambre no le des un pez, enséñale a pescar” - Proverbio chino.
Algo está ocurriendo en un patio del barrio sevillano de Las Tres Mil Viviendas, y no es nada ilegal, para mayor sorpresa. Todo empieza con una idea surgida en la Universidad de Sevilla, donde a un grupo de investigadores se les ocurrió una idea para que los vecinos de esta barrio dejaran de pasar hambre y tuvieran algo a lo que dedicarse. La solución se llama producción acuapónica.

¿Qué es la producción acuapónica? La acuaponía es un sistema de producción de vegetales y animales acuáticos de forma conjunta. Al aprovechar la simbiosis de ambos tipos de cultivo, el coste y el impacto ambiental es menor que por separado. El objetivo de la acuaponía es crear un ciclo en el que se aprovechan entre sí los diferentes elementos del cultivo y, por ello, resulta más ecológico. Por el mismo motivo también se dice que es una mezcla entre acuicultura e hidroponía, un método en el que las plantas crecen en una solución acuosa con nutrientes, en vez de hacerlo en tierra.  Fuente: Consumer.es

Sistema cíclico empleado para la producción acuapónica
Así han conseguido que en la casa de Soledad, la septuagenaria que vive junto con su hijo Alejandro, pueda dedicarse al cuidado y conservación de este microclima que ha creado en su patio, con el que se autoabastece de hortalizas y tilapias, una variedad de pez muy similar a las doradas. Todo esto en apenas cuatro metros cuadrados y 3000 litros de depósitos de agua para producir más de 60 kg de verduras y 20 kg de pescado.

Esta forma de promover el autoempleo ha resultado positiva y en los próximos meses aumentarán la producción más allá del patio de Soledad, donde con la ayuda de energías renovables esperan llegar a una productividad superior a los 600 kg de verduras y 100 kg de pescado.

Sin apoyo institucional ninguno, ya que el dinero necesario para financiar el proyecto ha sido obtenido con un proyecto de crowfunding a través de más de 120 donantes para obtener 6600 euros, queda patente que no es necesaria la concesión de dinero público en ayudas desorbitadas sino voluntad en que las cosas salgan hacia adelante. Sin duda, una original forma de acercarse un poco más al octavo Objetivo de Desarrollo del Milenio: fomentar una asociación mundial para el desarrollo, ya que estos sistemas tendrían como objetivo su implantación en países en vías de desarrollo y a ayudarles a ser autosuficientes.

Fuente y fotos: ABC.es

Y para acabar la semana… un halo de esperanza


¡Hola blogueros! Estamos finalizando una semana muy importante para el Medio Ambiente. Hay razones para pensar que la Conferencia de las Partes o COP 21 celebrada en París marcará un antes y un después en la lucha contra el cambio climático, gracias a la consecución de un compromiso vinculante y definitivo para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera a partir del año 2020. Hasta esa fecha, precisamente, fue prolongado el Protocolo de Kyoto, fijado en primer momento para el año 2012.
El “Acuerdo universal sobre el cambio climático” tiene como objetivo principal conseguir que la temperatura global se incremente menos de 2°C.

En 2011 se celebró la Cumbre de Durban, en la que los negociadores ya recibieron el mandato de elaborar el contenido de un acuerdo universal para luchar contra el cambio climático. Ya entonces, se dijo que dicho acuerdo debería ser cerrado en la reunión de 2015. Cuatro años de trabajo que culminaron ayer con la aprobación de un borrador de acuerdo que terminarán de ultimar los ministros de cerca de 200 países a partir de mañana lunes, en tanto que los artículos más problemáticos siguen aún sin cerrar.
El contenido del texto se extiende en 48 páginas, aunque llegó a París con 55. De esas 48 páginas, 22 corresponden al pacto en sí que se pretende aprobar el próximo viernes; 21 a un paquete de decisiones que lo desarrollarían; y cinco a un anexo con 96 propuestas de cambios introducidas por las partes a última hora. La embajadora francesa en la cumbre, Laurence Tubiana, reconoció que el borrador recoge todas las opciones, muchas de ellas contradictorias entre sí, cuenta con más de mil paréntesis y deja sin resolver las dos áreas más conflictivas: la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo, y la financiación a estos últimos.

No obstante, Tubiana reconoció que el documento “indica el deseo de todos de alcanzar un gran pacto”, aunque “todavía no estemos al final del camino” y “la mayor parte de los temas más problemáticos continúan sin resolver. Sobre esta base deberán negociar los ministros”, que el lunes a primera hora llegan París.


martes, 1 de diciembre de 2015

Un sueño, un objetivo, una igualdad

               
            Han pasado ya 15 años desde la celebración del Foro Mundial sobre la Educación que tuvo lugar en Dakar y “parece que fue ayer”, dirían algunos. Pero lo cierto es que ha llovido desde entonces, unos 5.479 días que sirven para pensar en que la situación que querían mejorar entonces tampoco ha cambiado demasiado ahora.

            Continuamos viviendo en un mundo en el que aún queda un largo camino para poder hablar de igualdad de género en materia de educación. A pesar de ello, el informe que revela la UNESCO sobre los avances logrados en Educación para Todos (ETP) desvela que, 104 países lograron cumplir con este objetivo en su educación primaria en 2012. Por tanto, la disparidad desfavorable para las mujeres se constató únicamente en 48 países, cifra mucho menor a los 73 en los que se registró en el año 1999. Un dato que llama a un optimismo que se ve, a su vez, empañado por su contracara. Es decir, del 43% de los niños que nunca asistirán a una escuela, un 48% son mujeres frente a un 38% de varones.

            Las largas distancias existentes desde el hogar hasta los centros de enseñanza o los casamientos a una edad temprana han supuesto, en determinados lugares, una importante losa en el acceso de la mujer a la educación. Y a pesar de estas dificultades, está comprobado que una vez que logran llegar hasta el mundo de la cultura, los libros, la sabiduría y la formación, son muchos más constantes y perennes. En 2010, el promedio de mujeres que culminaban la educación secundaria era de 93 por cada 100 hombres, una mejora respecto al año 2000, entonces sólo lo lograban 81.



            Son avances, sí, pero que 15 años después quizá saben a poco. Seguimos hablando de barreras que impiden la paridad de género en muchos países y, tristemente, no sólo en la parcela educativa. Niñas que jamás tendrán la oportunidad de sentarse y experimentar el mundo del conocimiento, de la historia o de la filosofía. El mundo de un aprendizaje que les lleve a sentirse seguras y autosuficientes en el futuro. Porque en la educación está la clave para acabar con tanta desigualdad entre hombres y mujeres, con tanta violencia de género. El problema es que en el año en el que se debería haber cumplido un claro objetivo: la igualdad de género, 15 años después, apenas se han dado unos cuantos pasos de un largo camino.