“El cambio climático no es un
problema para otra generación. Ya no”, dijo el presidente de los Estados
Unidos, Barack Obama, el pasado sábado al anunciar una nueva normativa “para
combatir el cambio climático”. La reducción de las emisiones de carbonos, que
formaba parte de las propuestas del demócrata desde el inicio de su
presidencia, fue sustancialmente apartado en 2010, cuando la reforma de la
sanidad pública se convirtió en el tema candente de la política en Estados
Unidos. Ahora Obama quiere volver a los orígenes, y aboga por una reforma
ambiciosa para reducir las emisiones de las plantas energéticas un 32% en 2030
con respecto a los niveles de 2005, lo que supone un 2% más que en la propuesta
anterior formulada por la Agencia de Protección Medioambiental estadounidense
(EPA, en sus siglas en inglés). Estas son las claves de su plan:
El “Plan de
Energía Limpia”
El plan contra el cambio climático de Obama recoge las
líneas que la EPA anunció en septiembre de 2013 y
que tenía como objetivo la reducción de las emisiones en un 30% para 2030. La versión definitiva aumenta esa meta hasta el
32%. Obama afirmó que la versión final del “Plan de Energía Limpia” representa “el paso más grande y más importante que hemos tomado nunca
para combatir el cambio climático”.
Premios y
castigos para cada Estado miembro
Según el plan definitivo de Obama, cada Estado tiene que
presentar una versión inicial para limitar la contaminación de cara al año 2016,
así como las versiones finales de su plan para 2018. Los Estados que comiencen
a tomar medidas para reducir la contaminación en 2020 serán premiados con
créditos de reducción de carbono –esencialmente, licencias de contaminación que
los Estados podrán comprar y vender, a cambio de interponer límites a sus
emisiones (el llamado sistema cap and trade). Sin embargo, las normas tienen en
cuenta el hecho de que algunos Estados puedan negarse a presentar proyectos. En
este caso será la administración central la que dará a conocer las plantillas
para imponer a cada Estado las medidas específicas de actuación.
Previsibles
oposiciones al plan
Las resistencias al plan de la Casa Blanca contra el cambio
climático llegarán con toda certeza de la oposición republicana, de la industria
del carbón y de los Estados más dependientes de esa fuente de energía. El líder
de la mayoría republicana en Kentucky (EE UU), el senador Mitch McConnell, ha
iniciado una campaña preventiva para pedir a los gobernadores contrarios al
plan de Obama que se nieguen a cumplirlo. El ex gobernador de Florida, Jeb Bush,
dijo que el plan de Obama es “irresponsable", ya que dejará un número
incalculable de personas sin trabajo y aumentará los precios de la energía en
todo el mundo.
El senador de Florida, Marco Rubio, siguió una línea
similar, afirmando que la subida de la factura de la electricidad “será
catastrófica" para los menos ricos. Los expertos estiman que al menos 25
Estados (como Wyoming y West Virginia, cuyas economías dependen en gran medida
de la minería del carbón o la electricidad a carbón barato) interpondrán una
demanda conjunta contra el proyecto del Presidente y que las disputas acabarán
ante el Tribunal Supremo, según informa el The New York Times.
Diferentes
visiones sobre el coste del plan
Los opositores a dichas reglas han
estimado que el cumplimiento costará miles de millones de dólares, elevará las
tarifas eléctricas de los ciudadanos y desacelerará la economía estadounidense.
El Gobierno sostiene, en cambio, que estas normas significarán un ahorro para
las familias de unos 85 dólares por año (aproximadamente 77 euros), y aportarán
beneficios adicionales para la salud, mediante la reducción de las emisiones
que causan enfermedades pulmonares y asma.
EE UU y
China, responsables de casi el 45% de las emisiones de CO₂
El pasado noviembre, el presidente
de Estados Unidos, Barack Obama, y el de China, Xi Jinping, anunciaron un doble
compromiso: EE UU se comprometía a reducir sus emisiones de gases de efecto
invernadero en un 28% para 2025; mientras que China dejaría de
aumentarlas tras cinco años a la fecha estadounidense. En 1997, durante las
negociaciones para la firma del Protocolo de Kioto, países como China, Brasil o
México fueron eximidos de aplicar unas normas que implicarían un freno a sus
posibilidades de crecimiento. Hoy, sin embargo, las emisiones per cápita de
China son de 7,9 toneladas de CO₂, una cifra que está incluso por encima de las
emisiones de los europeos (7,4 Tm per cápita –las emisiones per cápita de un
estadounidense son 16,4 Tm).
China es la primera productora mundial de dióxido de carbono
y otros gases responsables del efecto invernadero, con aproximadamente el 25%
del total mundial, según un estudio publicado el pasado junio por dos
institutos dependientes de la London School of Economics. En 2025 el país
asiático llegará a una emisión máxima de 12.500-14.000 millones de toneladas
equivalentes de CO2, aunque según los acuerdos firmados con Estados Unidos en
noviembre d 2014, Xi Jinping se comprometió a no aumentar sus emisiones en
2030, que para entones supondrán el 20% del total de su consumo energético.
El cambio
climático como “problema serio”
Según una encuesta del Pew Research Center realizada en mayo
2015, el 42% de los estadounidenses cree que el calentamiento global es un
problema “muy grave”, por encima del 33% de 2013. De los 39 países encuestados
por el centro, un 42% de los europeos declaran estar preocupados por el cambio
climático; mientras que los latinoamericanos sensibilizados sobre el tema son
un 61%. En general, el sondeo señala que el calentamiento global es la
principal preocupación de la población mundial (46%), incluso por encima de la
inestabilidad económica (42%); el terrorismo yihadista (41%) y el programa
nuclear iraní (31%).
De Kioto a
la Conferencia Mundial del Clima de París
El Protocolo de Kioto entró en vigor en febrero de 2005. Su
objetivo era reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el
cambio climático. Estados Unidos, el principal emisor,
rechazó incorporarse al protocolo firmado por 30 países industrializados,
entre ellos España. En marzo de 2015 Estados Unidos formalizó con la ONU un
acuerdo según el cual se comprometía a reducir sus emisiones de efecto
invernadero para 2025 entre un 26% y un 28% respecto a los niveles de 2005. El
último acto para la firma de un pacto global sobre la reducción de las
emisiones de carbonos será la Conferencia Mundial del Clima de París del 15 de
diciembre de 2015, que pretende cerrar un acuerdo vinculante que evite que el
calentamiento global sobrepase los dos grados centígrados.
OPINION
PERSONAL:
La idea es clara y el compromiso y su exposición es fácil,
ahora hay que esperar que se cumpla, aunque ya sabemos que estos proyectos
necesitan bastante tiempo (y para mí, ponerle fecha, es un poco arriesgado). Si
no vuelve a recordarse esta noticia a lo largo de los años porque no se haya
cumplido nada, podréis recordarla, al menos por este blog donde quedará
reflejada.
Es esperanzador poder encontrarse con este tipo de noticias,
aunque creo que estos países principalmente, (EEUU y China) nunca se tomarán
este problema con la importancia que tiene, por una parte es lógico, ya que los
billetes son físicos y tentadores, y este problema es duro y costoso, con
resultados muy a largo plazo, pero por otra parte es duro, pensar que solo
estos dos países contaminen un 45% del total. Debería ser duro para ellos, y
digo debería porque la noticia comienza con una frase que da bastante que
pensar de la persona que la ha pronunciado: “El cambio climático no es un
problema para otra generación. Ya no”. A mí, el simple “ya no” me sobra, me da
la sensación de que piensa que todo está bajo control por haber retomado unos
planes que debería haber puesto en marcha hace años y que no tiene aún ningún
resultado.
Por otra parte, sabemos que esto es un tema muy segundario
para la política, ya que, al menos en España, el medio ambiente no da votos a
los partidos políticos, por lo que esperemos que estos señores den el primer
paso hacia un descenso de esta contaminación en la que nos vemos afectados
todos.
José Ligero Padilla
Loli Soriano Aguirre
Carlos Sanchez Quintero
Sandra Romero Fortes
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