lunes, 26 de octubre de 2015

¿Una educación para todos?

"La educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden ético."

Esta definición de educación, propuesta por Aristóteles, es una de las más interesantes.



La educación básica se compone de varias etapas, concretamente: preescolar, educación primaria y secundaria. 
Es aquí donde se desarrollan las habilidades del pensamiento y las competencias básicas de los individuos para favorecer el aprendizaje sistemático y continuo, así como las disposiciones y actitudes que regirán sus respectivas vidas.

Los niños tienen derecho a una educación elemental gratuita de calidad. El logro de una educación primaria universal fue establecido como uno de los Objetivos del Desarrollo del Milenio para el año 2015.

No obstante, este logro está aún muy lejos en muchos de los países subdesarrollados; siendo estos niños, precisamente, los que más necesitan una educación soportada por el Estado. La escolaridad, especialmente en el caso de las niñas, dista de ser universal, y muchos niños abandonan el colegio antes de completar su educación primaria.

Este problema se debe, sobre todo, a la escasez de recursos financieros de los gobiernos para sustentar las necesidades educativas de sus ciudadanos y, por otro lado, a la falta de voluntad política. Muchas veces, esta falta de voluntad está motivada por el miedo a dirigir una población bien formada. Es más fácil gobernar a ignorantes, a personas no educadas que no conozcan ni si quiera cuáles son sus derechos como seres humanos.

Debido a esto, muchas familias optan por pagar ellos mismos la educación de sus hijos, una carga muy difícil de llevar a cabo, teniendo en cuenta los ingresos mínimos que poseen y las altas cuotas escolares.


Está claro que esto no es una solución al problema ni un avance para el cumplimiento del objetivo, donde la educación es promovida como un medio alcanzable y financiado públicamente.

Fuentes:




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